jueves, 15 de enero de 2015

El espacio público: el sentido de la ciudad




Autora: Verónica Muñoz Sotomayor
Docente UIDE cipArq-Loja


Cuando intentamos definir la ciudad, aludimos a conceptos fundamentados desde distintas disciplinas, por lo que describirla se alinea al propósito del análisis,  mas nunca se despoja de la dinámica social. Jordi Borja sostiene que el espacio público define la calidad de la ciudad porque indica la calidad de vida de la gente y la cualidad de la ciudadanía de sus habitantes; cuando Borja se refiere a la “cualidad de la ciudadanía”, ¿a qué se refiere?

Hablar de ciudad es mucho más que hablar de su estructura y orden físico; al incluir al “ser” en el juego se deja abierta una puerta de tratados (“logos”) que se puede entender desde la sociología, antropología y psicología; es aquí donde se encuentra la esencia de la ciudad, la “cualidad de la ciudadanía”, la forma de vivir en convivencia sintiéndose identificados con una cultura influenciada a su vez por sus características geográficas.
 
Con este antecedente, es fácil entender que la tarea del urbanismo no es nada sencilla: la huella de la ciudad es la expresión de su gente, de sus objetivos, de su anhelo cotidiano al desarrollo colectivo y personal; las calles por las que nos movemos cada día son el hilo conductor de nuestras vidas, la velocidad con la que lo hacemos es nuestro tiempo y la ciudad es nuestro espacio.  Nuestro deber es generar sensaciones, nuevas dinámicas que le den al “hilo conductor” cotidiano una mejor calidad.

La intervención del espacio público es el actuar sobre este escenario, lo que pongamos o quitemos va a influenciar en un grupo de personas de quienes esperamos una respuesta planificada; pues bien, entre mejor conozcamos esta respuesta (espontánea e impredecible), mejor funcionará lo que imaginamos. Dicho conocimiento se forja y complementa en la experiencia, por lo cual el equipo de ¨Urbanismo II¨ realizó el 29 de noviembre del 2014 una visita a las obras de espacio público materializadas por la Fundación ¨El Barranco¨ de la Alcaldía de Cuenca, cuyo representante y ex gerente, el Arq. Santiago Vanegas, nos atendió con entusiasmo y expuso para nosotros nueve obras realizadas por este equipo de trabajo.


Conversatorio entre el Arq. Santiago Vanegas y  los estudiantes de Urbanismo II.
  Facultad de Artes, Universidad de Cuenca.


Cada uno de los proyectos expuestos, están fundamentados en la filosofía arriba reseñada: se trata de proyectos de carácter inclusivo reflejados en el disfrute de los ciudadanos y turistas; independientemente de la escala de intervención, cada actuación en el espacio se sostienen con una mirada a los valores patrimoniales del pasado y con las bondades tecnológicas del presente, con un profundo respeto a la estética natural del paisaje.

Algunos espacios públicos están cargados de simbolismo, aporte de la gente, su identidad y apropiación; uno de los proyectos de este tipo es el ¨Monumento al Migrante Desaparecido¨, un encargo de diseño cargado de significado; además las plazas y  parques, mediante la conjugación de varios elementos como lo son: el sentido patrimonial de la ciudad, sus huellas históricas y las necesidades del presente, como sucede con la Plazoleta de ¨El Rollo¨. Vanegas complementó la presentación de experiencias con la exposición de diseños de mobiliarios y la presentación de una publicación, donde se recoge las obras realizadas por la Fundación desde el 2009 al 2014.

Estas experiencias son aún más gratificantes cuando las podemos discutir con nuestros estudiantes y conocer los proyectos desde la perspectiva del autor complementa la percepción de la obra, transportándonos al análisis integral de los objetivos y los resultados, y llenándonos de satisfacción cuando entendemos la razón de los proyectos, satisfacción que motivó las presentes líneas.


Visita guiada por el proyecto del Puente Roto,  con el Arq. Santiago Vanegas y  los estudiantes de Urbanismo II.


En resumen, intervenir la ciudad a través espacio público es crear nuevos centros, nuevos ejes, nuevos símbolos y percepciones que desembocarán en proyectos exitosos solo si funcionan aún mejor de lo planificado. Dicho esto, me permito traer a colación las “recetas mágicas” de Jordi Borja, para el proyecto de ciudad, que han venido a mi memoria ya constatadas y más que nunca cargadas de sentido: 

-       Nunca hacer un proyecto para resolver un problema, sino para resolver 2, 3 o varios a la vez. 
-       Diseñar primero el espacio público y articular ejes de continuidad física y simbólica entre los nuevos proyectos y la ciudad existente. 
-       Las áreas urbanas sin vivienda no son ciudad. 
-       Actuar sobre la estrategia de un “proyecto ciudad” coherente. 
-       Respetar la historia. 
-       Considerar el sector público como promotor más que controlador, regulador y operador; y finalmente, 
-        Hacer ciudad es hacer comercio y cultura (Borja, 2001).

Con estos criterios de diseño, invito a mis colegas y futuros colegas a explotar nuestra creatividad con pinceladas de sensibilidad y significado en nuestros proyectos  y nuestras ideas; Las intervenciones en el espacio público, a cualquier escala que ésta sea, siempre generará resultados al mezclarse con la vida colectiva,  de ahí su complejidad, y de ahí la oportunidad de marcar la diferencia en la vida urbana.

Referentes:
-          Fundación El Barranco (2014).  “Cuenca. Proyectos de revitalización urbana 2009-2014”.  Publicación de la Unidad Técnica de la Fundación Municipal “El Barranco”. Cuenca-Ecuador

-              Borja J. “La ciudad del deseo”, citado en Carrión F. (2001). “La ciudad construida, urbanismo en América Latina”. FLACSO – ECUADOR, Junta de Andalucía. Quito-Ecuador 


Agradecimiento:
-          Al Arq. Santiago Vanegas, profesor de Arquitectura Universidad de Cuenca, ex director Fundación el Barranco, gran profesional y excelente calidad humana.
-          Estudiantes de Urbanismo II. UIDE 2014-2015
 


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